A finales de los años ochenta y principios de los noventa, la informática era uno de los sectores emergentes de la economía. Se contaban por miles las ofertas de trabajo que surgieron en el sector en aquellos años, por lo que era muy normal que los alumnos estuvieran trabajando a partir del segundo curso.
Estaba claro que unas titulaciones con una aceptación social y una demanda profesional tan grande no habían nacido para quedarse en diplomaturas. Muy poco después de su creación, ya se estaba trabajando para complementarlas con un segundo ciclo que diera acceso a los títulos de Licenciatura en Informática de Gestión o de Sistemas.
Estos títulos fueron aprobados en el curso 1989/90 y adscritos a la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales, con sede en el campus de Reina Mercedes. Eran títulos de segundo ciclo, es decir, los alumnos debían matricularse primero en alguna de las diplomaturas, terminarlas con éxito, y era entonces cuando podían matricularse en una de las dos licenciaturas.
Los medios con los que se contaba también fueron escasos: apenas un par de aulas, una biblioteca con pocos títulos específicos de informática y unas pocas salas de ordenadores que eran claramente insuficientes para un número de alumnos que se incrementaba año tras año.
A pesar de ser escasos, los medios técnicos eran los más avanzados de la época: se trataba de flamantes ordenadores IBM PS/2 con arquitectura micro-channel, un disco duro de 30 MB, una unidad para disquetes de 3 ½ pulgadas de 1.44 MB, monitor en color de 14 pulgadas, tarjeta gráfica VGA con una resolución de 640×480 píxeles con 16 colores o 320×200 píxeles con 256 colores, un procesador Intel 80286 de 16 bits a 10 Mhz, 1 MB de memoria RAM y sistema operativo PC-DOS 5.0; también existía una red local mediante la que era posible enviar trabajos a una impresora compartida y desarrollar algoritmos distribuidos haciendo uso de bibliotecas específicas.